4/5/10

Dueño eterno del romance y la canción

Es dueño de suspiros y de euforia porque con su elegante voz ha cautivado varias generaciones. José Luis Rodríguez conversó en exclusiva con EL INFORMADOR sobre su vida dentro y fuera del escenario a propósito de su visita a Barquisimeto el próximo sábado 8 de mayo para celebrar el Día de las Madres a beneficio de cuatro fundaciones larenses.

La voz de El Puma transmite tranquilidad. Se siente a gusto al conversar sobre su vida y sus comienzos en la famosa orquesta Billo's Caracas Boys. Era entonces un joven que debutaba bajo la sombra de Felipe Pirela, quien decidió lanzarse como solista. El reto de José Luis era sustituirlo y ganarse el afecto del público. Unos 45 han pasado desde aquellas noches de bailes, boleros, mambo y cha cha chá. Hoy El Puma se confiesa eternamente agradecido con aquella orquesta que le abrió las puertas al éxito.


¿Qué significó para José Luis Rodríguez la Billo's Caracas Boys?

Cuando comencé en la Billo's venía de la agrupación Los Zeppis. El maestro Frómeta me llamó, me hizo la prueba y quedé contratado. Recuerdo que le dije a mi madre "vieja querida coronamos", con la responsabilidad de sustituir la voz de Felipe Pirela que era el cantante del momento. La Billo's para mí fue la gran oportunidad, estuve con ellos en unos 450 bailes. El maestro tuvo mucha paciencia conmigo y un día me dijo: -ya creciste, ahora te toca seguir solo-. Estoy eternamente agradecimiento con él.
¿Qué le falta por hacer a El Puma?

Seguir, creo que seguir con mi música es lo correcto, actualizándome. Hay que darle muy duro a la música.

¿Y la actuación?

No está descartada siempre y cuando sea un buen proyecto.
¿La canción que marcó su carrera?

Dueño de nada

¿Qué se siente ser dueño de décadas de éxitos, suspiros, euforia y aplausos?

Realmente se siente una gran responsabilidad, le perteneces a la memoria del público, a sus recuerdos, amores. El escenario transmite una ilusión y la gente queda enganchada a eso. Yo creo que la esencia de la vida es no poseer, es soltar, es bajarse del escenario y controlar al ídolo.

¿Qué es lo que más recuerda y extraña de su país?

La gente, el calor humano del venezolano. Cuando se marcha la madre, la mía está ahora en el cielo, quedan los amigos y los hermanos. Yo no me desprendo de mi país y trato de estar regularmente en mi tierra.

¿Qué le diría a su madre si tuviera la oportunidad de volverla a ver?

(Silencio) Unas infinitas palabras de agradecimiento, se me hace un nudo en la garganta con esa pregunta. Mi madre fue mamá y papá porque mi padre falleció cuando yo tenía 6 años. Mi mamá fue un trampolín que siempre me apoyó en mi música y en todo lo que emprendía.

¿Cómo es José Luis Rodríguez fuera del escenario?

Soy un ser humano como cualquier otro.

¿Qué consejo le daría a las nuevas generaciones?

A la juventud le aconsejo que sigan siempre su vocación, que sigan lo que quieran, lo que anhelen, lo que les guste.
¿Cantará El Puma un golpe tocuyano en la ciudad crepuscular?

¡Ah mundo Barquisimeto dijo un barquisimetano! (entona rapidamente). Es un honor cantar en la Capital Musical de Venezuela, a pesar que he cantado en otras ciudades como Valencia y Caracas ahora iré a llevar mis boleros a Barquisimeto, a llevar las canciones que la gente quiere escuchar con las que se enamoraron y despecharon.

José Luis Rodríguez se despide amablemente con la promesa de regalar una noche de recuerdos y anuncia que la velada podría traer sorpresas.

Mientras el día de la presentación llega, El Puma se encuentra en Los Ángeles, Estados Unidos, con un proyecto podría traerlo nuevamente delante de las cámaras. El romántico de siempre está de vuelta.

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