14/7/10

José Luis Rodríguez, El Puma



"Siendo caribeño es imposible no mover la pelvis"

14/7/2010


A días de su regreso en vivo a Chile el próximo 4 de agosto, el astro venezolano pasa revista a su propio compilado de grandes éxitos, y de paso recuerda de dónde sacó esa fiebre que se llama el Pavo Real, y en qué estaba pensando cuando dijo que hay que escuchar la voz del pueblo en 1988. "Yo creo que Dios me abrió los labios", dice El Puma.


David Ponce


Si existen cosas que guardar en la historia del espectáculo del Festival de Viña, José Luis Rodríguez tiene por derecho propio y por lo bajo dos grandes éxitos que incluir en ese compilado, entre la fiebre que desató con su pelvis al son de "Pavo real" en 1981 y la revuelta que volvió a desatar en 1988 con su llamado a escuchar la voz del pueblo en uno de los últimos veranos de la dictadura local.
Eso y más cabe ahora en la gira con que el cantante venezolano se dispone a volver a Chile este 4 de agosto para presentarse en el Teatro Caupolicán de la capital (ver recuadro), escenario sobre el que practicará un recorrido por su nutrida carrera de éxitos de cuatro décadas. La misma que revisa aquí, por larga distancia desde su casa en Miami, días antes de embarcarse.
"He hecho un repertorio bastante extenso, y no vamos a tocarlo todo, sino por supuesto lo que la gente conoce", dice el Puma en retrospectiva, a propósito de un show que incluye a unas catorce personas en escena, entre músicos y bailarines, según estima el propio astro venezolano. Y de ese repertorio tiene para elegir: su carrera ha incluido en los últimos años canciones del caribe, discos de boleros de Los Panchos, tributos con mariachi y un reciente homenaje a Sandro. Pero también, tras sus inicios como galán de telenovela, está el recuerdo setentero y ochentero de decenas de baladas de fina selección firmadas para él por autores hispanos como la dupla Herrero y Armenteros, José María Chema Purón y el dios de la canción melódica que es Manuel Alejandro.
-Yo estaba en Venezuela, haciendo novelas, y hubo un acercamiento de la casa discográfica con Manuel (Alejandro) -recuerda José Luis Rodríguez, a propósito de su trabajo con el compositor español-. Ahí empieza una amistad, porque Manuel es como un sastre que hace canciones a la medida de la personalidad, de la trayectoria musical. Hubo un primer encuentro que fue fabuloso, un disco lleno de éxitos, y después fueron tres más. Yo he grabado de Manuel como cuarenta canciones, más o menos.
-¿Qué importancia tienen algunas de ellas hasta hoy? ¿"Amante eterna, amante mía", por ejemplo?


-"Amante eterna" es una pintura muy usual de un hombre que tiene el corazón dividido. El corazón partido, como dice Alejandro Sanz. Y que no puede ser feliz, porque cuando está con una piensa en la otra y cuando está con la otra piensa en la original. La amante eterna es ésa, que está siempre escondida. Es una situación muy común, pero muy difícil. Y muy triste.


-¿Interpreta a mucha gente?


-Todos hemos pasado por ahí. Unos entran y salen. Pero hay quien se estaciona y queda fijo, ¿no? Por años.
-¿"Voy a perder la cabeza por tu amor"?


-Fue la llave de Latinoamérica, realmente. Fue el tema de una telenovela ("Cristina Bazán"), fue una canción fuerte y sigue siéndolo. Se quedó muy en el público.

-¿"Dueño de nada", "Culpable soy yo", "Atrévete"?


-"Culpable" (de Chema Purón) es un reconocimiento del error, de traspasar una barrera donde el ser humano reconoce una culpabilidad y pide perdón, que es lo más hermoso que puede haber. De "Dueño de nada" (de Manuel Alejandro) me gusta mucho la frase. Porque realmente somos eso: dueños de nada. Y "Atrévete" (de Herrero y Armenteros) también fue tema de una novela ("El ídolo"), y tiene un arreglo muy épico, muy fuerte. Y muy significativo. Es el primer amor de una muchacha.
-Tiene unas alusiones bíblicas esa canción: "Atrévete, crucemos el Jordán, que la tierra prometida nos espera. ¿De dónde salen?


-Es algo más bien simbólico. Es muy poético. "Crucemos el Jordán" está relacionado con el primer encuentro amoroso. Sexual, por decirlo así, de una muchacha.
-¿Tiene la impresión de haber roto alguna barrera en países como Chile con esas canciones que hablaban de sexo? ¿No era tan común como ahora en la época cantar sobre sexo en la radio?


-Ahora es muy común. Es que de todas maneras, si uno se retrotrae al pasado, la poesía de Manuel Alejandro es audible hace veinte años como ahora. Es una poesía tan delicada, como en "Hay muchas cosas que me gustan de ti", como "María", "Amante eterna", "Dueño de nada"… son canciones muy emblemáticas. Y con una poesía muy fácil de digerir.


-Y con esa connotación sexual reconocible en algunos casos…


-No era usual para la época, entiendo eso. Y más, habiendo un régimen muy fuerte, donde casi no se podía hablar.


-¿Régimen militar, dice usted?


-Bueno, sí.
-Lo que por cierto, ya que lo estamos conversando, nos lleva a su frase histórica de "A veces hay que escuchar la voz del pueblo" en el Festival de Viña del '88.


-Sí. Afortunadamente me tocó a mí decir eso. Es un privilegio en mi carrera.


-Se lo habrán preguntado muchas veces, pero ¿fue algo espontáneo o había pensado en decirlo?


-No. Nunca lo pensé. Fue espontáneo. Yo creo que Dios me abrió los labios.

-A propósito de Dios, en la época hubo hasta comentarios de sacerdotes acá que decían que "Amante eterna" era una incitación al adulterio. ¿Le pasó algo así en otros lugares?


-Ninguna incitación. Es una realidad. Es actual. Estaba marcada. Hay gente que lleva una doble vida, y que creen que la gente no lo sabe y que Dios no lo sabe -sonríe el Puma-. Es absurdo.


Nunca nos vimos con Julio


Si existe la impresión de que José Luis Rodríguez es un cantante de música caribeña y de baladas, también tiene canciones distintas, como "No te pareces a nadie", que aunque fue otro de sus cuantiosos hits de la radio AM de los '80 ahora no figura en su lista de prioridades.


-No, esa canción nunca la incluí. Hay canciones que se dejan en el camino. Pero es una canción de José María Purón que es muy bonita también. Son esas pinceladas del amor, cuando la persona no ve a otra mejor que ella. Porque así es el amor.
-Y tiene hasta un ritmo de rock, ¿no?


-Es realmente un rock. Pero me inclino más por lo tropical y caribeño y por lo romántico que por el rock.


-¿De acuerdo al país que visita los éxitos son diferentes ? ¿Cada audiencia hace suyas canciones distintas?


-Es posible, sí. Pero por lo general cuando se escogía una canción era uniforme, era un lanzamiento internacional. Era la misma para todas partes.


-¿Era una época distinta a la actual en la música? ¿Tenía más importancia la orquesta, por ejemplo, ha cambiado el modo en que se hacían discos en relación a ese tiempo?


-Totalmente cambiado, totalmente diferente. Un muchacho en su casa, en un cuarto, puede hacer un disco. Con un (software) ProTools, con una máquina. Por eso hay tantos estudios domésticos en el mundo. Me adapté sin ningún problema, porque si no me adaptaba no seguía en esto. Aunque he incursionado ahora con el big band, monté una banda en Venezuela para recordar ese sonido, y suena muy bien, son como quince músicos en escena, en metales. Es como transitar por las canciones pero con el big band, poniendo canciones para bailar. De hecho yo canté en una orquesta de baile.


-Hay toda una época suya a fines de los '80, de la que uno puede recordar canciones para bailar como "Amalia Rosa", "Agárrense de las manos", "Baila mi rumba", "La fiesta". ¿Las sigue tocando?


-Están incluidas totalmente en el repertorio, lo que nombraste, pero siempre.


-Ya más nuevos son hits como "Tengo derecho a ser feliz", de 1989.


-Hermosa canción de José María Purón. Esa canción tiene preferencia en el repertorio y siempre ha estado presente. Con Chema Purón grabamos en Estados Unidos y en Italia.


-¿Cómo recuerda haberse juntado con Julio Iglesias para grabar "Torero"?


-Él es un hermano, muy generoso, Julio. Hicimos un dúo y nunca nos vimos en el estudio -se ríe-. Y creo que nunca la hicimos juntos en vivo.

-¿Y usted la canta en vivo?


-No, nunca.




-¿Pero le gusta?


-Hermosa canción de Manuel Alejandro.


La primera vez
Antes de sus continuas visitas a la Quinta Vergara en 1981, 1988, 1991 ó 1995, fue en 1974 cuando José Luis Rodríguez estuvo por primera vez en Chile mucho más anónimamente, como participante en la competencia internacional del Festival de Viña. Y también tiene un recuerdo de eso.


-Fui como participante, no pasó nada… sentí mucho frío, esperando para ensayar con la orquesta, nunca me olvido de eso. Pero realmente no pasó nada.


-¿Cómo se llamaría la canción que cantó esa vez?


-Realmente ni la recuerdo -dice, aunque según los registros del certamen se llamaba "Aquel lugar" y ganó el premio al mejor arreglo orquestal.




-Frío es algo que no sintió la vez siguiente, ¿no?


-No.


-Porque ahí prendió a todo el mundo con "Pavo real".


-"Pavo real" realmente salió de Chile. Ni siquiera la había grabado. La monté en el repertorio y salió exactamente de Viña del Mar -recalca El Puma-. La grabé luego en Venezuela. Recuerdo que hicieron un disco de catálogo, con la imagen que venía impresa sobre el vinilo.


-¿Y de dónde conocía esta canción?


-Esta canción es del año '54, de César Del Ávila, un compositor folclórico venezolano. Y yo tomé dos canciones, el "Seis por derecho" y el "Pavo real", las uní y salió eso. Porque originalmente es un joropo venezolano, no tiene nada que ver con lo que hice yo.


-¿La letra es la misma? ¿"Chévere, chévere, chévere" viene de la versión original?


-Igualito igualito. Un blanco con una blanca, un negro con una negra, y el negro con una blanca, todo eso es.


-El éxito que tuvo en Chile esa canción es bien conocido. ¿Fue así en cada parte donde la cantó?


-Realmente fue universal también. Hay canciones universales: "Voy a perder la cabeza por tu amor", "Dueño de nada", "Agárrense de las manos"… canciones universales que tienen que estar en el repertorio siempre.




-¿El arreglo fue una idea suya? Tiene hasta una influencia medio onda disco.


-No lo sé. El arreglo fue una idea mía. Yo no sé tocar piano, pero me metí en el piano un año y empecé a darle, a darle, hasta que se lo entregué al productor o al director. Es la época en que pretendía ser pianista -se ríe-, y lo aporreaba muchísimo, eso sí.




-¿Cuánto duró su carrera de pianista?


-Nada, qué va. Me gustaba mucho y me gusta escuchar el piano clásico, pero no hay tiempo para tanta cosa.




-Uno de sus discos nuevos es un homenaje a Sandro. ¿Es un tributo por la admiración como músico o se conocieron?


-Es admiración y agradecimiento porque por Sandro sale (el nombre de) El Puma. Esa canción de él, "Mi amigo el Puma", era leitmotiv de una telenovela, "Una muchacha llamada Milagros", y la escritora se inspiró en la canción de Sandro para crear el personaje.




-¿Se conocieron ustedes?


-Antes de la telenovela nunca lo conocí, aunque sí sabía de Sandro. Después nos vimos como en tres ocasiones personalmente. Lo admirábamos todos, era el Elvis latinoamericano: mucha energía, mucha fuerza, mucho dramatismo. Fuerza en el escenario. Temperamento.




-Son cosas que usted tiene también.


-Cada quien en lo suyo, con su personalidad y su propia energía.


-¿Pero algo de Elvis latinoamericano no tiene El Puma? Al menos por pelvis nada que envidiar.


-Bueno, ya siendo caribeño es imposible no mover la pelvis. Ya viene con el disco duro.


En vivo



José Luis Rodríguez.– Miércoles 4 de agosto, 21.00 horas. Teatro Caupolicán, San Diego 850, Santiago. $10.000 a $77.000. Boletos en venta en el sistema Feriaticket.







 José Luis Rodríguez, El Puma, vuelve en vivo con su gira "Grandes éxitos" el 4 de agosto al Teatro Caupolicán.

Fotos: archivo de El Mercurio.

1981. Julio Iglesias y José Luis Rodríguez en el siempre glorificado Festival de Viña del '81.



1988. Recado para la alcaldesa: El Puma dice que hay que escuchar la voz del pueblo y se gana una gaviota en metálico.



1987. Nuevo cómputo: Antonio Vodanovic, El Puma, Juan Guillermo Vivado, Jorge Rencoret y Don Francisco en la Teletón de 1987.



1988. Jetset nacional: el astro junto a la animadora Raquel Argandoña.



1991. Conferencia de prensa: El Puma vuelve a Viña y el mundo sigue girando. "Tropas aliadas entran en Kuwait", dice el titular.



1995. Más jetset: Bolocco, Rodríguez y Vodanovic en el Festival de Viña.



1999. Temporada de nostalgia: José Luis Rodríguez graba boleros con Los Panchos.

Foto: Carla Pinilla.

2000. Agárrense de las manos: el astro domina a las masas desde el balcón de la santiaguina Feria del Disco, en Ahumada y Huérfanos.



2004. En vivo en Santiago, en un show organizado por el BancoEstado.

Foto: Carla Pinilla.

2005. De Coquimbo soy: el astro en vivo en La Pampilla.

Foto: Sebastián Padilla.

2008. Parado frente al mar: esta vez en Puerto Montt. "Sonia te ama por siempre", es el mensaje en la pancarta.



2009. En tierra de campeones: José Luis Rodríguez en vivo en Iquique.

Foto: Aldo Solimano.

2009. Su anterior visita a Santiago, en Movistar Arena.

Foto: Harold Castillo.

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